Las flores caían en multitud tras las verjas,
mudas, unidas, tristes y marchitas;
competían entre sí para no separarse del muro que rodeaba aquel enorme jardín,
rojas, rosas, violetas y blancas.
Y otro año más esa explosión de color junto a la piedra gris
señalaba la estación.
La extraña mansión gobernaba nuestro tiempo,
marcaba nuestros días,
idas y venidas del colegio,
salidas nocturnas,
besos a escondidas...
y un ligero e inconfesable temor
en la oscuridad estrellada de la luna nueva.
Nunca vimos la cancela abierta
pero todos creíamos saber lo que pasaba dentro:
la mano de una hermosa mujer
las arrancaba amparada por las noches;
las hacía apóstatas por obligación
y abandonadas, finalmente repudiadas
y ajándose en lenta agonía,
sentíamos una punzada de dolor...
las sentíamos morir.
So close your eyes
Open you heart
To one who's dreaming of you
You can never hold back spring